Vistas de página en total

lunes, 26 de enero de 2015

trabajo 24 hs

Siempre dicen que ser padres, es como "trabajar 24 hs", pero creo que es un poco mas que eso. Generalmente en un trabajo, uno llega, marca tarjeta de entrada, realiza su tarea a lo largo de la jornada y a la salida, vuelve a marcar la tarjeta y se va. Si bien no es tal vez en algunos ramos lo más habitual, podríamos decir que el trabajo no lo llevamos a casa, verdad??
Ahora el ser padres, es mucho más que eso, porque no tenemos horario de entrada, durante la jornada es totalmente IMPREDECIBLE lo que pueda suceder y tampoco tenemos horario de salida. Porque ni cuando nos acostamos a dormir (que podría parecerse a marcar la salida) podemos "descansar". Suele suceder, terminas de apoyar la cabeza en la almohada y escuchás:

  • Pequeño: mamaaaa,(porque dicen así, parecen ovejitas, beeeeeeeeeeeee)  quiero agua.
  • tu: Muy bien,ahi voy.... volves a la cama....
  • pequeño: mamaaaaaaa me lees un cuento?,
  • tu: no amor, es tarde, dormite.
  • pequeño: es que no puedo, tengo miedo
  • tu: dormi
Conforme van pasando los minutos y parece que tienen una lista de ocurrencias , desde la primera del agua a la última, nuestras respuestas también van siendo cada vez más secas y tajantes. Empezamos con un "mi amor... mi angel.. bombón.... hasta un dormí y punto" y en alguna de estas, es que a uno de los dos los vence el sueño.

Luego, a media noche, estás super dormido, digamos llevándolo al plano laboral "en tu media hora de descanso" y normal, te movés para cambiar de lado y de repente, te das de lleno en un ojo con algo similar a un "codo"... te sobresaltas, no entendés nada..... si, ahí está, bien acomodado, atravesado ese pequeño en tu cama, como apoderándose de ella y diciendo, "acá vine para reinar".... pero es tal tu cansancio, son las 03:00 am  y lo único que necesitamos es DORMIR. Por lo tanto, no tenemos fuerza para otra cosa que no sea, tratar de acomodarnos en el espacio que nos deja e intentar dormir lo que queda hasta que empieza de nuevo el día.

Es así o no??, creo que a todos nos ha pasado y nos pasa aún. Si, los míos aunque ya tienen 6 y 4 aún me pasa que aparecen en la cama, primero uno, después el otro. 
No vale decir, mañana si van cierro la puerta del cuarto, porque una vez lo hice. Me acosté y tranqué la puerta. Alrededor de las 2:30 me despertó un grito y llanto desgarrador "mamaaaaaaaaaaaaaaa" de Pablo, que estaba del lado de afuera de la puerta llorando y llamándome. Fue horrible, pero de verdad, imagínense lo que es acostarme cerca de la medianoche, dormir, bueno, tratar de dormir un promedio de 5 horas porque te tenes que levantar para ir a trabajar a las 5:30 y que en la mitad de la noche, sistemáticamente todos los días tengas a uno o al otro en tu cama, o pidiéndote agua, o un cuento, o lo que se les ocurra. 

Si, es más, mucho más que un trabajo de 24 horas, pero a pesar de no poder descansar, a pesar de amanecer con un codo en la cara, una rodilla en el abdomen, o una colita en la espalda, a pesar de todo eso, es maravilloso, es (y hablo por mi) la experiencia más hermosa que me puede pasar.

A veces hay noches, en que ya no vienen, y cuando me levanto, es como que me siento perdida, como que me falto algo y pienso, "será que no soñe??". Pero por sobre todas las cosas, debo reconocer y admitir que estoy infinitamente agradecida de poder vivir esto y compartirlo.

Por ahi suena algo "quejoso" y si, porque no, a ver, somos seres humanos y a veces necesitamos un poco de espacio, de tiempo. Parece que cuando tenes hijos eso "se vuelve una utopía", pero vuelvo a lo mismo, estoy muy agradecida con la vida, por dejarme vivir estas experiencias noche tras noche y cuando no las tengo, las extraño.

Por otro lado, tenemos la otra parte, la dulce, la tierna, esa que te alimenta el alma.
Recuerdo una de esas noches, en las que estaba difícil hacerlos dormir. Lucía, ya estaba acostada y semi dormida. Pablo, aún con su "trapito" (un viejo pijama mío, que aún con 4 años no deja), había venido a mi dormitorio varias veces. La última vez, lo lleve a su cuarto y le dije que durmiera. Acto seguido me volví a acostar. No pasaron 5 minutos, que siento sus pasitos, rápidos, y obvio, venían directo a mi cuarto. Entre cerré los ojos para hacerme la dormida y lo observe. El se paró cerca de mi cara, simplemente me miraba y "olia" su trapito. Habrán pasado, no se, 2 minutos, me hace una caricia, me da un beso y se dispone a ir a su cuarto.
Obvio, que fue tan, pero tan enternecedora esa escena, y cargada con tanta inocencia que le digo, "que paso Pablito" y bastaron esas palabras para que inmediatamente se subiera a la cama y me dijera "te amo mucho mami".
De más está decir como terminó la historia.... el se acurrucó contra mi y nos dormimos.
Otro dia, mismo comienzo, pero esta vez se acercó a mi, me hizo una caricia, me da un beso en la frente y se va.

Si, es un trabajo de más de 24 horas, pero vale la pena hacerlo, vivirlo, disfrutarlo.
A veces me pasa que conversamos con grupos de amigos donde hay algunos solteros, sin hijos, y obvio, escuchan algunas de las historias de aquellos que tenemos hijos, o nos ven en la "lucha" para que coman, que los pañales, que si tiran el jugo, y dicen "ah, no... deja quieto, esto no es para mi".
En eso uno a veces se olvida tal vez, de contar esta otra parte, la que despues de un día agotador, llegas a tu casa y corren a tus brazos 2 pequeños al grito de "mami, llegaste", o como una vez me dijeron "no vayas a trabajar, quedate con nosotros", y eso, ese simple gesto, alcanza para que recargemos las pilas y sigamos "trabajando".






Un rezongo a tiempo

Hola amig@s lectores. Ayer pasó que si bien, les digo que cierren la puerta de la camioneta, sino se agota la batería porque queda la luz prendida, obvio que la dejaron abierta, por supuesto no me di
cuenta y cuando fuimos a salir, estaba totalmente descargada. 

Los subí, y salí empujándolo en la bajada, 2 cuadras, y NADA. Estaba furiosa que  la dejé ahí no más y me dirigí a la casa, para ver como solucionaba. Mientras caminaba, con pasos muy grandes, miraba de reojo como Pablo, iba dando saltitos, porque no le daban las piernitas para alcanzarme. Lucía, de cabeza gacha no decía nada. Parecían mudos. Sabían que se habían mandado una gran macana. de a ratos los veía que "cuchicheaban" pero me hacía la que no veía nada.
Luego de varios llamados, al padre, a una amiga con auto, para que me auxiliara (yo tenía los chicotes), resulto que otros amigos andaban en la vuelta y me auxiliaron.

Por supuesto que salio castigo para ambos. Los puse en su cuarto "en penitencia". Pablo me llama y me dice "mami, ya pensé", entonces le comento que esta vez era una PENITENCIA. Si bien es importante que piensen porque están en penitencia, esta vez lo que quiero es que entiendan que es un castigo. Por supuesto que hubo algún rezongo subido de tono. En las conversadas con el padre, por supuesto que surgió la típica, "viste, y vos después les compras tal o cual cosa, o les regalas tal o cual otra, para qué, si no ves, no te hacen caso!!!"

Es muy difícil, creo que un común denominador de quienes somos padres es la puesta de límites. Hay mucho material para leer, pero claro, cada niño, cada casa, cada uno de nosotros tenemos nuestra mochila y tratamos de actuar conforme eso. Por eso es muy interesante la lectura que uno puede encontrar pero llegado el momento, reaccionamos como nos sale, como lo aprendimos, y capaz no es la mejor manera, ni el modo, pero es como nos sale.
Generalmente después viene la culpa.Nos analizamos y vemos que capaz gritamos mucho, o nos excedimos en el castigo y lo peor es que como reaccionemos nosotros, luego ellos van a reaccionar. Generalmente somos el modelo que de grandes seguirán.

Personalmente he tratado de ver como evitar en ocasiones "sacarme", pero claro, no es una justificación, pero venimos de trabajar, un día agotador, llegamos y empiezan las peleas, se pegan, gritan, se tiran cosas. En la primera, les decimos, no se, "basta niños, no peleen"...."no pegues a tu hermana"...."por favor, no den portazos" pero ya estamos empezando a levantar el tono. Mientras vemos que estamos cocinando, hay que bañarlos, tenemos las camas para tender. Ellos siguen con sus llamados de atención, hasta que en un punto sale un "BAAAAAAAAAAAAAAASTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA", y obvio, después nos "perseguimos, capaz fue excesivo....??" pero es que creo ellos tiran tanto de la piola, que en algún punto se corta. 

Ahí es donde entran en juego los limites, que significa??, porque llegar a ese "basta" tan eufórico??. En el primer "basta niños, no peleen" ahí ya es "separar los jugadores, uno para cada rincón y piensen, que prefieren, así sentados, separados, aburridos, sin juguetes o juntos??, cuando lo piensen me lo comentan y vemos como lo resolvemos". Pasados unos minutos les damos otra oportunidad, a la segunda, ya "el pensar" se deberá extender en el tiempo y bueno, si se da una tercera, sin elevar nuestra vos, ni alterar nuestros nervios, no juegan más y hasta que yo termine de hacer lo que estoy haciendo, quedan así, separados, sin jugar. 

Debo reconocer que en alguna oportunidad me ha dado resultado, ahora también me he sentido sumamente impotente de castigos, cuando una vez separados, cada uno en su cama, parece que lo disfrutan. Ahi decís, "qué tengo que hacer", jajajaja. Y si, me ha pasado sobre todo con Lucía,a que la pongo en su cuarto a "pensar sobre lo que hizo", aclaro esto porque si la penitencia es simplemente a "pensar", cuando son más grandes y tienen que "pensar un deber o un trabajo de la escuela" lo toman como un castigo y esa no es la idea. Volviendo a Lucía, me ha pasado de dejarla en su cuarto, en su cama y cuando voy a verla, está muy pancha, panza arriba, acostada, tranquila, inmutable.... Pero como sea, no están peleando y eso ya es mucho.