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viernes, 19 de agosto de 2011

la hora del baño

Que tema el baño. Cuando era solo Lucía, digamos que más allá de todo el preambulo que lleva el baño de un bebe, y luego un niño, una vez que nació el hermano, me di cuenta lo fácil que era.
Es decir, uno tiende a magnificar todo, que aprontar el lugar con una estufita en invierno, procurar hacerlo rápido para que no se enfríe, pero con el suficiente tiempo para que jueguen con el agua. Después secarlos, hacerles su masajito con alguna crema o aceite de bebe, vestirlos, ver que ropa le ponemos, ni muy abrigada ni muy desabrigado. Una vez que se termina la hora del baño, reorganizar todo, lo que es para lavar, lo que es para secar, dejar todo en condiciones de poder volver a usarlo.
Una vez que nació Pablo, tenía que tener en cuenta de hacer todo ese preambulo con la hermana como "ayudante", tratando de no perderla de vista. Por suerte, en estos tiempos modernos que corren, hay un montón de ayudas como para bañar a los bebes. Por ejemplo en mi caso, teníamos un baby splash (una especie de flotador que va dentro del bañito, sobre el cual acostamos al bebe y nos quedan ambas manos libres para bañarlo).
Una vez que Pablo se mantenía bien en el baby splash, y siendo verano, opte por bañar a los 2 a la vez....si amigos lectores....a ambos. Como hacía?. Bien, aprontaba el baño de Pablo, con el duchero teléfono, regulaba el agua para lucía, entonces, mientras lucía jugaba debajo de la ducha, yo bañaba a Pablo. Mientras Pablo estaba quietito en su "flotador", lavaba a lucía. Después por un tema de prioridades ante ambos niños, sacaba a Pablo de su baño, lo secaba, lo vestía y lo ponía en su coche. Inmediatemente después seguía con lucía. En fin, era una forma tal vez no muy rápida de bañarlos, pero segura en tanto los tenía a los dos conmigo y entretenidos.
Una vez que empezó el invierno, ya era más complicado hacerlo, porque si bien les caliento el baño previamente, no podía tenerlos tanto rato desnudos, porque como sea, ya son otros tiempos, llevan más ropa, el agua caliente se termina (dado que tenemos un caléfon), entonces como que volví al baño individual. Entonces, como hacía para "entretener" a Lucía mientras bañaba a Pablo, de forma de tenerla "vigilada"?. Contando con su imprescindible ayuda!!!. Eso me ha llevado a tenerla que cambiar los buzos, porque por más cuidado que ponga ella busca la vuelta para aún remangada, mojarse. Cuando no, el hermano, que aprendió a salpicarnos con agua, nos mojaba.
Y cuando tocaba el baño a Lucía, obviamente Pablo iba a su coche, el mismo coche del cual aún atado, no tengo manera de mantenerlo quieto.
Ya con los 3 añitos de Lucía, es un placer verla como ha evolucionado en su higiene personal. Le pongo la ducha teléfono y ella agarra el jabón y se lava la pancita, o como ella dice "mami, me voy a lavar que me tengo que sacar los microbios de la pancita, de las manos, de la boca (si, obviamente solo con agua, pero se lava la boca, es un show).
Hay que contemplarlse miles de cosas, que no me queda aún muy claro si es uno mismo el que las fomenta, o ellos nos van guiando a ello. Es decir por un lado tengo la suerte que le gusta bañarse, es un problema el lavado de cabeza, no le gusta para nada, pero lo que es el baño en si, le encanta. Pero por otro lado es todo un tema cerrarle el agua, por lo tanto, opte por decirle: "bueno, el aguita se tiene que ir, vamos a cerrarla a la cuenta de tres".
Para secarla, todo un tema, porque la toalla tiene que secarla "del lado del color", es decir la parte estampada es la que la seca. Una vez envuelta tengo que auparla y abrazarla un ratito porque "tengo frío brrr". Por supuesto son momentos insperables, inigualables, y hermosos de mimos, besos, caricias al secarla.
Pablo, todo un delincuente, ya se baña sentadito, pero es bastante más guerrero que ella a su misma edad. De hecho, como comentaba antes, el bañarlo a el implica terminar tanto el baño como una misma toda mojada. El se ríe, y sigue salpicando.
Y así pasan los días, viendo lo hermoso que crecen, como se desarrollan y se estimulan uno al otro. Y si, no hay nada  que pueda igualar estos momentos.

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